Carlos Sanchis-Pedregosa
Conectando personas y empresas a través de sus valores como CEO de MINZER. También investigo e imparto clases en la Universidad de Sevilla
En un mundo donde las empresas compiten por atraer el mejor talento, el proceso de selección de personal ha evolucionado más allá de la simple evaluación de habilidades y cualificaciones. Ahora, se trata de encontrar personas que compartan los valores fundamentales y la cultura organizacional de la empresa. Aquí es donde entra en juego la selección basada en valores, una estrategia que está transformando la forma de contratar personas.
La selección de personal basada en valores va más allá de la información presente en el currículum. Busca identificar los valores personales del candidato para conocerlo mejor y compararlos con los de la empresa, asegurando que las nuevas incorporaciones no solo sean competentes, sino también defensores apasionados de la misión y cultura de la organización. Este enfoque permite indentificar la mentalidad de las personas y conocer qué empleados estan alineados con el propósito y los principios de la compañía, promoviendo un entorno de trabajo cohesionado y comprometido.
Cuando se logra este encaje, los empleados están más comprometidos, motivados y listos para contribuir de manera positiva al crecimiento de la organización. En resumen, la selección basada en valores es una inversión en el futuro de la empresa.
Implementar un enfoque de selección basada en valores requiere cambiar la perspectiva tradicional de contratación. Para ello, es necesario seguir un proceso que abarque desde la definición de valores hasta la evaluación continua.
El primer paso es definir y articular los valores fundamentales que guían la cultura organizacional. Estos valores no solo deben reflejarse en la misión y visión de la empresa, sino también en cada descripción de trabajo, haciendo que los candidatos potenciales conozcan qué se espera de ellos desde el inicio. Es fundamental que los valores de empresa reflejen la realidad de la misma y para ello es muy útil apoyarse de diagnósticos de cultura independientes.
Para ello, se deben utilizar herramientas científicas como tests psicométricos y evaluaciones de valores. Estas herramientas permiten identificar la metalidad de la persona y predecir su comportamiento, estilo de liderazgo, roles de alto potencial y su capacidad para ajustarse a la cultura de la empresa.
Las entrevistas deben ir más allá de las preguntas tradicionales, enfocándose en situaciones que pongan a prueba los valores del candidato. Simulaciones y estudios de caso pueden ayudar a medir cómo reaccionan ante dilemas éticos o situaciones laborales reales, asegurando que no haya sorpresas desagradables después de la contratación.
Hoy en día, la tecnología en la selección de personal juega un papel clave en la automatización y optimización del proceso. Herramientas avanzadas que utilizan inteligencia artificial en la selección para analizar grandes volúmenes de datos y proporcionar información detallada sobre el ajuste cultural y los valores de los candidatos. Estas plataformas suelen analizar algoritmos y los resultados de tests de valores, permitiendo a las empresas hacer elecciones más informadas y precisas.
Una vez contratado el empleado, el trabajo no termina. Las evaluaciones continuas permiten verificar que el empleado sigue alineado con los valores de la empresa y está satisfecho con su rol. Un enfoque sólido de onboarding basado en valores refuerza este ajuste desde el primer día, mejorando la retención y asegurando un entorno de trabajo positivo a largo plazo.
La selección de personal basada en valores no es solo una tendencia; es una forma revolucionaria de construir equipos más fuertes, cohesivos y comprometidos. Al alinear los valores de los empleados con los de la empresa, se fomenta un ambiente donde la creatividad, la colaboración y la innovación prosperan. Las empresas que adoptan esta estrategia están invirtiendo en su éxito a largo plazo, creando equipos que son el verdadero motor de su crecimiento.
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